Distintas bases y unidades viven horas frenéticas luchando contra un incendio que ha devorado ya 10 000 hectáreas. La movilización del Ejército del Aire ha sido absoluta respondiendo a las peticiones operativas que se han ido sucediendo. Se han movilizado dos Hercules C-130 del Ala 31, que han transportado decenas de efectivos de la UME y material diverso de extinción, cuatro apagafuegos del 43 Grupo de Fuerzas Aéreas, que se han trasladado desde la península igualmente y también están en plena actividad cuatro helicópteros Súper Puma del Ala 46 establecidos en Canarias. El ritmo en la base aérea de Gando es frenético para dar apoyo a todas estas unidades y efectivos.
Y es que las llamas del incendio de Gran Canaria, de hasta 50 metros, han arrasado ya más de 10 000 hectáreas y han llegado al mismo Parque Natural de Pinar de Tamadaba, un paraje de alto valor ecológico declarado reserva de la biosfera. Los especialistas aseguran que si el fuego llega al corazón del parque natural la zona tardará en rehabilitarse «doce o trece años».
El gran enemigo ahora es el viento, que aviva el fuego constantemente. Ni los medios aéreos desplazados desde la península ni los servicios de extinción ni la Unidad de Emergencias del Ejército han logrado hasta el momento frenar su avance. La llegada de las llamas al parque coincidió con el envío de otros tres apagafuegos al que acudió en un principio desde Málaga, que se sumarán a la decena de medios aéreos que trabajan en el lugar y a los entre 600 y 700 profesionales que luchan por turnos contra el fuego desde tierra.
Además de las altas temperaturas y el viento complica la extinción la orografía del terreno. Hay barrancos muy estrechos, de difícil acceso, que conducen y extienden el fuego.
